6 de octubre de 2023

Mitología celta y tesoros vivos: La inmortalidad del tejo

 

El tejo (Taxus baccata) era un árbol con un significado especial en la antigua cultura celta. Los druidas le atribuían propiedades místicas y simbólicas; mitología que en pequeña proporción ha sobrevivido al paso del tiempo, ha llegado hasta nuestra época y, en algunos aspectos, aún se le atribuye a este árbol.

Hojas de tejo

Hojas de tejo 

© Jo Zimny Photos

La longevidad excepcional del tejo era venerada por los antiguos celtas, pues se trata de un árbol capaz de vivir durante siglos y hasta se conocen ejemplares que han llegado a cumplir varios milenios.

Además, existía la creencia de que el tejo tiene un vínculo con el Otro Mundo debido a la toxicidad de prácticamente todos los órganos que posee.

Bajo la sombra del tejo

Bajo la sombra del tejo 

© Jos van Wunnik

Esta dualidad del tejo, longevidad y toxicidad, vida y muerte, contribuyó a que fuera asociado a la inmortalidad ya que era considerada una especie vegetal que permanecía en un ciclo infinito de regeneración y degradación.

Los celtas reverenciaban profundamente la naturaleza y en especial los árboles eran considerados como manifestaciones de lo divino. En el caso del tejo, era uno de los árboles más sagrados y su sombra otorgaba fuerza, poder y perennidad.

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El tejo es una conífera de la familia Taxaceae y es considerado un árbol de porte pequeño a mediano. La corteza es delgada, de color marrón y se desprende fácilmente en lascas o escamas.

Los frutos del tejo presentan toxicidad selectiva

Los frutos del tejo presentan toxicidad selectiva 

© Peter Stenzel

Las hojas tienen forma de aguja pero planas. Son de color verde oscuro y llegan a medir hasta 4 centímetros. Los conos albergan semillas venenosas, mientras que los frutos presentan toxicidad selectiva pues algunas aves pueden comerlos.

Corteza de tejo

Corteza de tejo 

© Christian Kanzian

La toxicidad del tejo es debida a sustancias químicas llamadas alcaloides, siendo los más significativos los alcaloides de taxina que, como he comentado, se encuentran en todas las partes del tejo: hojas, semillas y corteza. Una característica del tejo bien conocida y que ha sido aprovechada históricamente para fabricar veneno.

Las hojas de tejo son tóxicas

Las hojas de tejo son tóxicas 

© Frédérique Voisin Demery

A diferencia de otras coníferas como el pino o el ciprés, que ya se usaban como plantas ornamentales en la Grecia Clásica, el tejo tardó algo más en entrar a formar parte de jardines.

Concretamente fue en la Edad Media cuando empezó a utilizarse en espacios verdes y aún hoy en día se sigue usando en paisajismo. Y es que el tejo es muy apreciado como planta ornamental por su tupido follaje verde intenso y por su tolerancia a podas severas que permite su uso para setos formales.

Seto de tejo

Seto de tejo 

© Carol Smith

Tejos de renombre

A pesar de que la madera de tejo era muy codiciada para la construcción de arcos largos llevándolo a una tala masiva hace siglos en algunas zonas de Europa, la especie Taxus baccata ha hacho gala de la mitología que lo asocian a la inmortalidad y existen ejemplares muy longevos famosos en el mundo.

Uno de los tejos de más renombre que existen es el tejo de Fortingall (Escocia) y que al parecer tiene una edad aproximada de 5000 años. Este viejo tejo ha capturado la atención de científicos y amantes de la naturaleza debido a su resistencia a lo largo de los milenios y su conexión con la historia de la región.

Tejo de Fortingall

Tejo de Fortingall 

© Anne

Otro ejemplar destacado es el tejo de Llangernyw. Ubicado en Gales, tiene una edad que supera los 4000 años y es símbolo de longevidad y resistencia en la cultura galesa.

Tejo de Llangernyw

Tejo de Llangernyw 

© Peter Jennings

Dentro del recinto de la ermita de Santa María de Bermiego en la sierra del Aramo (Asturias), se encuentra el representante español de tejo inmortal. Tiene una edad de unos 2000 años y fue declarado monumento natural el 27 de abril de 1995.

Tejo de Bermiego

Tejo de Bermiego 

© F. Javier Menéndez

Los tejos no solo solo son testigos de la historia, sino también despiertan admiración y respeto debido a la edad milenaria que pueden alcanzar. Tesoros vivos que nos recuerdan la asombrosa longevidad de la vida vegetal en nuestro planeta.

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2 comentarios:

  1. Hola José Luis.
    Sin duda son árboles fascinantes, en mi tierra hay alguno muy muy viejito además de este de Bermiego. Yo tengo uno pero solo tiene unos 40 años y aún se ve pequeño. La información estupenda. Muchas gracias. Un abrazo enorme

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    1. La verdad es que pienso en los miles de años que tienen algunos, todas las épocas de la historia que han vivido y, al menos a mi, me sobrecoge mucho.
      Un fuerte abrazo, Lola.

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