28 de abril de 2013

El jardín emocional: un jardín que deja huella


Hace poco me preguntaron cuál era mi jardín favorito. Tras meditarlo durante algunos minutos y pensar en todos los grandes jardines del mundo que conozco, algunos que he tenido la fortuna de visitar, otros que conozco por haber leído sobre ellos, todos creados y diseñados por grandes paisajistas, hubo uno que acudió a mi memoria.

Recuerdo aquel rincón del patio en la casa natal, yo a solas y sentado en el primer peldaño de la escalera de mármol. La vela estaba echada, sumiendo el ambiente en una fresca penumbra, y sobre la lona, por donde se filtraba tamizada la luz del mediodía, una estrella destacaba sus seis puntas de paño rojo. Subían hasta los balcones abiertos, por el hueco del patio, las hojas anchas de las latanias, de un verde oscuro y brillante, y abajo, en torno de la fuente, estaban agrupadas las matas floridas de adelfas y azaleas. Sonaba el agua al caer con un ritmo igual, adormecedor, y allá, en el fondo del agua unos peces escarlata nadaban con inquieto movimiento, centelleando sus escamas en un relámpago de oro. Disuelta en el ambiente había una languidez que lentamente iba invadiendo mi cuerpo.

Luis Cernuda

Ocnos


Mi jardín favorito no fue creado por ningún afamado paisajista, sino por mi abuela. El jardín que recordé fue el Patio que mis abuelos tenían en su casa de Morón de la Frontera en Sevilla, y que ella había “creado y diseñado”, sin poseer conocimientos de ingeniera como yo, pero que había florecido y se había hecho magnífico gracias al trabajo, a la observación y a la experiencia que había adquirido a lo largo de los años.

Aún recuerdo como se levantaba cada mañana muy temprano, se calzaba sus botas de agua y se afanaba en mantenerlo con un aspecto estético inmejorable. Para mí sin duda el Patio de mis abuelos es mi jardín favorito, y eso que por desgracia tras la desaparición de mi abuela ya no existe, o más bien, ya no existe como lo conocí en mi infancia.

Es curioso que a partir de esta reflexión pensara, ¿cómo es posible que este sea mi jardín preferido? Y la respuesta es simple. Por la huella emocional que había dejado en mi subconsciente.

El ser humano es un ser emocional, sentimos y un jardín es sentimiento hecho lugar (si me permites que te copie la idea Eleuterio). Lo primero que nos viene a la memoria es lo que percibimos a través de los sentidos. Por eso vino a mi memoria el patio – jardín de mi abuela, porque tengo incrustado en mi subconsciente la explosión de color de los geranios en flor, el olor azahar, el frescor de la grama recién regada, el sabor de las naranjas…

Un jardín se compone de plantas, agua, piedra, aire, etc. Es trabajo del diseñador de jardines encontrar un equilibrio entre todos esos elementos que forman el conjunto. Armonía, espacio, proporción y botánica, son todos conceptos que se aprenden en las escuelas de jardinería y, con mejor o peor criterio, todos podemos aplicar.

Pero lo que marca la diferencia en grandes diseñadores y diseñadoras del paisaje, los que han creado los jardines mundiales que nos maravillan, tienen algo más aparte de equilibrio y armonía. Son jardines capaces de emocionar. Eso es lo que los ha hecho destacar. Sus jardines han incrustado una huella emocional en nuestro subconsciente, que hace que nos maravillemos, los recordemos a pesar de que no podamos disfrutarlos y visitarlos todos los días.

Yo creo que los paisajistas (yo el primero), debemos de crear jardines capaces de emocionar, jardines generadores de sentimiento y perdurables en la memoria. Para lograr esto no es necesario ser un experto diseñador de jardines, tan solo es necesario poseer cierta sensibilidad hacia el medio que nos rodea, ser capaces de identificar la esencia de un jardín para poder transmitirla.

Otro jardín que ha creado en mí una huella emocional es el Jardín de la Caridad, un jardín pequeñito que se encuentra en la ribera del Guadalquivir. La esencia de este jardín se centra en su herencia como último bastión de lo que un día fue el jardín de la delicias (delicias, emoción, sentimiento…).

Fue el primer jardín sobre el que escribí en este blog porque anteriormente había tenido que realizar un inventario botánico del mismo. Ya sé que no es Versalles, pero es un jardín que ya tiene su historia, su huella y cada vez que paso por allí recuerdo como me empape de la esencia del lugar.

Nunca podré olvidar la historia de la estatua que Antonio Susillo dedicó a la memoria de Miguel de Mañara, y que se convirtió en la obra póstuma del escultor tras su trágica muerte después de que sintiera el desamor de su segunda esposa.   

Por todo esto, si te es posible tener un jardín, que no sea un jardín cualquiera, sino un jardín emocional, el jardín de los sentidos, el sentimiento hecho lugar. Un jardín que no puedas olvidar a pesar de la distancia y el tiempo.

No obstante soy consciente de que quizás no puedas tener tu propio jardín, pero lo que siempre podrás es conocer los jardines que tienes cerca, disfrutarlos, vivirlos, dejarte emocionar por ellos. Permitir que te dejen su huella.  
¿Qué jardín ha sido capaz de emocionarte y dejarte huella? Participa y deja tu comentario al final de este post.

4 comentarios:

  1. No hay prob. Jose luis, la frase la tome presrada de un filosofo, q no recuerdo el nombre y q yo la tengo por slogan.
    "Jardin, sentimieto, pensamiento, hecho lugar" es la frase corta pero perfecta para definir lo q es un jardin.
    Hay q sentir la necesidad creativa , pero tb hay q plasmarla a traves del diseño y realizarla en un sitio.
    Ese sitio "lugar" es el q le hace ser diferente un jadin de otro jardin.
    "No existen dos jardines iguales nunca"
    El jardin como obra de arte esta hecho por y para el ser humano.No nace expontaneo en la naruraleza sin una mano creadora.
    La historia es una "rex sacra" no hay estilos de jardines importantes unos sobre otros .Cada estilo tiene su importancia propia. España tiene el ma antiguo jardin/patio/cortile/yart/garden , el de el patio de las abluciones de la Mezquita de Codoba, el mejor monumento de nuestro pais.

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    1. En cualquier caso la frase le he conocido a través tuyo y creo que es muy adecuada para definir la esencia que transmite un jardín. Tus comentarios enriquecen este blog y a mí personalmente me enseñan cada vez algo nuevo y fundamental para el diseño de jardines. Muchas gracias. Recibe un cordial saludo.

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  2. hace 10 años cuando aun no sabia lo que necesitaba para cerrar el circulo de mi vida , pensaba que lo que me atraía era el dibujo el diseño pero de una manera amplia e inconstante hoy cuando he tenido la posibilidad de descubrir lo que realmente me apasiona y para lo cual el destino me eligió es poder hacer pedazos de paraísos para la gente simple que puede apreciar lo hermoso de una fuente en medio de una árida tarde de verano o el frescor de la sombra de un Aesculus hippocastanum o castaño de india a finales de abril cuando están en flor , esos son los sentimientos y emociones de las cuales tu hablas, el compartir lo hermoso y simple que puede ser un árbol en flor o una lavanda en plena floración ... me gusto leer tu articulo ..gracias.. se despide E.V.A.A Estudiante de parajismo...

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    1. Gracias a ti Eva por leer mi articulo y dejar tu comentario. Si me permites un consejo no abandones del todo tus conocimientos de dibujo pues ta van a venir muy bien para diseñar paisajes. Los jardines tienen dos caras enfrentadas, una técnica y racional, la otra artística e irracional donde la creatividad reina a sus anchas. Jardines que pueden ser perfectamente una manifestación artística. Yo también estudié algo de arte en mi adolescencia sin ser mi deseo, pero no arrepiento para nada y no considero que perdiese el tiempo. Aprendí mucho sobre colores, formas y volúmenes, que después me vino muy bien para diseñar jardines pero, sobre todo, aprendí a valorar el arte como se merece. Un saludo.

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