Me ha ocurrido en
repetidas ocasiones. Llegas a la vivienda de un cliente y el lugar donde se
supone que estará ubicado el jardín es normalmente la escombrera donde los
albañiles dejan sus herramientas, se prepara el cemento, arboles preexistentes
en la propiedad están dañados por el paso de maquinaria,...
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Fuente: F. Stevanin / FreeDigitalPhotos.net |
También ocurre con las
zonas verdes para planes parciales y urbanizaciones, se presupuesta una partida
para jardinería, y normalmente es la más baja de todo el presupuesto. Además,
cuando hay que reducir éste, siempre es la primera partida a la que se recurre
para cuadrar las cuentas.
Considero que en
muchas ocasiones existe una falta de sensibilidad con respecto a los jardines,
los cuales se convierten en el “patito feo” de viviendas y urbanizaciones.
Es curioso cómo se
pierde la perspectiva de que el jardín es normalmente el umbral de la vivienda,
que es lo primero que te recibe cuando llegas a un lugar y que por mucho que
tengas una estupenda casa o urbanización, si no tienes un jardín acorde, obtienes
como resultado zonas verdes que no presentan un aspecto todo los deseable que
debieran, y que al final repercute en la percepción de la casa, el edificio o
de la urbanización. La primera impresión es la que cuenta, dicen.
Que diferente a los
jardines zen japoneses, donde el jardín
se integra dentro de la casa formando un único elemento. Múltiples espacios fusionados
en uno solo, interrelacionados entre sí, ninguno más importante que el otro,
cada uno con su propio valor y que transfieren al conjunto.
Estos jardines son tan
apreciados como cualquier habitación que pueda haber en la casa. De hecho, el
acceso a ellos es prácticamente inexistente, pues se encuentran integrados
dentro de la propia arquitectura de la vivienda.
Quizás debamos volver
a los origines de los jardines para darles la importancia que merecen. Volver a
la idea del paraíso perdido y que de alguna manera tratamos de reconstruir, pues
los jardines surgen en la historia con la intención de recobrar el oasis lleno
de vida en medio del árido desierto.
Este es el origen del
jardín hispano árabe, tratar de contener dentro del propio hogar, el oasis o
paraíso que posee agua, plantas y permite la supervivencia, y al que solo se le añade los muros necesarios para
protegerse de posibles peligros procedentes del exterior. De esta forma se concibe el jardín de los
sentidos, un lugar donde disfrutar de la naturaleza pero sin salir de
casa, y que los árabes apreciaban por el
murmullo del agua, los aromas y colores de la vegetación y la sombra que ésta
puede proporcionar.
Al hilo de la
importancia que daban a los jardines los árabes en la península, sobre el Alcázar de Córdoba, el historiador al-Maqqari recoge las siguientes palabras de ibn
Baskuwal (erudito nacido Córdoba en 1.101): “Los emires construyeron en su alcázar verdaderas maravillas; levantaron
monumentos extraordinarios y bellos jardines que regaron con aguas traídas
desde la serranía de Córdoba”.
Por todo esto, si te
estás planteando tener un jardín, recuerda que será lo primero verán tus visitas
al llegar a casa, donde jugaran tus hijos, un espacio tan importante como los
demás dentro de tu hogar, un lugar para protegerte del calor, disfrutar del
perfume de las plantas o del suave murmullo del agua.
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Me encantó tu reflexión!! Muchas gracias!!!! Me encantaría tener mas datos históricos de los jardines para poder defender su importancia. Me ayudas??? Saludos. Ruth
ResponderEliminarHola RuThY. Existen muchos libros que hablan sobre la historia de los jardines. Mi preferido es "Historia de los estilos en jardinería" del que he escrito un post en este blog. En cualquier caso siempre ando escribiendo sobre Jardines Que Me Gustan, así que te animo a seguirme y participar en este blog. Un saludo.
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