Es curioso lo hermosa
que es la flor de un cactus. Un claro signo distorsionador con respecto a ese
cuerpo abrupto, todo lleno de pinchos y que no invita para nada acercarse a él.
Como hermosa es la flor de la chumbera (Opuntia
ficus-indica). Por cierto, planta que de acostúmbranos a verla crecer en
bordes de caminos o linderos de fincas, nos pensamos que lleva aquí toda la
vida. La realidad es que es una planta de origen americano y solo lleva unos
siglos en España agasajándonos con su exquisito fruto y maravillándonos con su
bella flor.
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Chumbera (Opuntia ficus-indica) |
La chumbera y otras
plantas procedentes del otro lado del océano Atlántico se encuentran presentes
en la zona de cactus del Jardín Americano de Sevilla. Agaváceas, mimosas y cactáceas como son asiento de suegra (Echinocactus grusonii), chilayo (Pachycereus marginatus), candelabro (Euphorbia candelabrum), yuca (Yucca aloifolia), pita (Agave americana), acacia espinosa, cuyo
nombre científico (Acacia horrida) lo
dice todo de las enormes espinas que presenta en ramas y troncos, o el
algarrobo chileno (Prosopis chilensis
Stunz), conviven en este espacio casi reservado a plantas procedentes de
zonas áridas o que han desarrollado mecanismos naturales para evitar la pérdida
de agua por los estomas de las hojas.
Cuando he escrito
“casi reservado” estaba haciendo referencia a la incipiente invasión de
especies vegetales procedentes de otras zonas del jardín debido a que el
mantenimiento del Jardín Americano
no es el óptimo deseable y, como es natural, la vida avanza imponiéndose unas
plantas sobre otras.
Un jardín de cactus no
solo es posible sino que además puede llegar a resultar muy llamativo debido a que las cactáceas y agaváceas de
forma natural crecen en condiciones desérticas y contrasta verlas en un jardín
en latitudes diferentes.
Centrándonos en los
cactus, la característica común que presentan es un tejido pulposo que les
permite almacenar agua tanto en las partes aéreas como en las que se encuentran
enterradas. Esta capacidad para conservar el agua los convierte en especies
vegetales capaces de soportar grandes periodos de sequía.
En el jardín los
cactus no requieren muchos cuidados, solo necesitan estar situados en zonas soleadas,
protegerlos de las heladas y proporcionarle un sustrato bien drenado. Estos
puntos son importantes porque las manchas oscuras que aparecen en los cactus son
producidas habitualmente por el exceso de agua del suelo que provoca la asfixia
radicular y por el frío.
Si proporcionamos sol
en abundancia, altas temperaturas y poco riego a finales de abril y principios
de mayo, conseguiremos ver flores de
brillantes colores de los cactus al acabar la primavera.
Pero para que la
belleza del jardín de cactus no resida únicamente en la que nos otorgue su
propia naturaleza, podemos ayudarnos del diseño para crear un espacio en
equilibrio. Seguro que muchos habréis visto en internet la terraza del Museo J Paul Getty, un jardín de cactus
que contrasta con el paisaje urbano de fondo en la ciudad norteamericana de Los
Ángeles. Este diseño se compone de una retícula donde los elementos vegetales
se repiten y quedan estratificados en tres niveles. El primero y más bajo
formado por asiento de suegra (Echinocactus
grusonii), el segundo con porte intermedio está compuesto de pita (Agave americana), y para finalizar el
último de porte más alto lo forma chilayo (Pachycereus
marginatus). Es un espacio simple, formado por una única combinación de
tres especies; proyectado de tal manera que perezca que está dispuesto al azar
pero manteniendo una proporción equilibrada en cuanto a la cantidad y su
disposición sobre la superficie. Un paisaje que engloba especies del paisaje
local y que se dispone con armonía. Un jardín de cactus que no deja
indiferente.
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Terraza de cactáceas Museo Paul Getty. Fuente imagen: Pablo Medina Uribe/Flickr |
Yo no he tenido la
suerte de viajar a Los Ángeles a contemplarlo in situ, pero si he podido visitar el Jardín Americano que a pesar
de no atravesar su mejor momento y de que muchas especies que lo componían han
desaparecido, no deja de tener un importante valor botánico. He realizado un
vídeo de la mañana que pasé allí y, entre cactus, tuve la suerte de grabar a un
abejorro (Xylocopa violácea) polinizando la flor de una yuca. Mi primer video
protagonizado por un insecto. Espero que os guste.
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gracias por tu comentario al final del post.
A mi la verdad esque siempre me hubiera gustado tener un pequeño espacio de cactús en casa. Pero no es el genero de plantas que mejor se me de, asique al final los que tengo están en lugares de la casa donde se me olvida más regar. Mezclandose muchas veces entre todas las suculentas que andan por la terraza.
ResponderEliminarAl final también queda un equilibrio interesante, no el más bonito, pero si llamativo.
La belleza es algo tan subjetivo y cuando hablamos de plantas hasta cambiante según la época o característica concreta. En un nuestra profesión siempre es bueno conocer que nos puede ofrecer cada especie para llevarlo después al terreno de lo práctico del paisajismo. Tu eres un gran conocedor del Real Jardín Botánico de Madrid y no me negaras que el invernadero de las cactáceas llama la atención y es singular. Un abrazo Miguel.
EliminarHe entrado en el enlace y me ha llamado poderosamente la atención. Salvando las distancias, me recuerda al "Desert Garden" de los jardines botánicos de la Huntington Library. Ya os sigo en twitter para estar enterado de las últimas noticias. Gracias por la información Raúl. Un saludo.
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