10 de diciembre de 2015

Una rotonda por acabar

Palma del Río en Córdoba es un pueblo bonito. Está rodeado por un mar de naranjos, un poco más lejos, abundan frutales de hueso como ciruelos y melocotoneros, también hay olivos. La vega del Guadalquivir es una zona muy fértil, por eso es normal que se den de forma espectacular todos estos cultivos. Productos de la tierra, como igual de significativo es su sol generoso en una mañana invierno. Haz de luz que calienta, te reconforta, te da la vida. Rayos que hacen disfrutar aún más de tu trabajo. ¡Cómo no iba a disfrutar de ajardinar aquella rotonda!

Con luz propia brillan los rosales en la Rotonda de Palma del Río

Al trabajo lo llamé simplemente “Proyecto de ajardinamiento de Rotonda en Palma de Río”. No es un título muy brillante que digamos, pero lo cierto es que los proyectos no suelen poseer un nombre rimbombante a no ser que le preceda una fama especial como pueden ser “Garden Bridge” o “Bosco Verticale”. Los títulos de los proyectos deben ser un resumen del contenido que encontremos dentro de éste, en concreto, en el texto de la Memoria
  
El diseño de aquella rotonda no fue mío. Yo plasme el proyecto siguiendo las indicaciones de un boceto dibujado a lápiz en un trozo de papel de cuadritos y lo adecué a los condicionantes requeridos por el Ayuntamiento de Palma del Río. Escribí en la citada Memoria que el proyecto consistía en sembrar la superficie de circular de césped con una mezcla de semillas compuesta por Festuca arundinacea, Ray grass  y Poa pratensis muy apropiada para la zona. Incluí tres Cupressus sempervirens ‘stricta’ que acompañarían a tres grandes rocas de piedras traídas de Sierra Morena y unas “medialunas” sembradas con Rosal floribunda ‘sevillana’ que iban menguando a medida que se alejaban de la estatua conmemorativa, símbolo de la localidad cordobesa, dos palmeras con el río, y motivo por el cual se ajardinaba el nuevo espacio verde. Tampoco faltaron en el pueblo de las palmas unas palmeras washingtonias y más rosales en la mediana, junto a la cercana acera. Todo este texto quedó representado en los correspondientes Planos de ejecución de la obra. No faltaron al proyecto el Presupuesto realizado en un documento de Presto con cada partida desglosada, el pliego de Prescripciones Técnicas, con las características de cada elemento que iba a colocarse en la obra y, para finalizar el documento, los Anexos que fueron necesarios.

Una vez que el Ayuntamiento aprobó el proyecto, me marché con los jardineros hasta el lugar y, guiándome por los planos que previamente había delineado, empecé a presentar las plantas e ir definiendo con cal cada área de la rotonda que estábamos ajardinando. Coloque las macetas de rosal en su espacio correspondiente en marco “a tres bolillos” e indiqué, con ayuda de una cinta métrica, el lugar donde debían de plantarse los cipreses y las washingtonias. Qué agradable resultaba la suave brisa, el olor a tierra de labranza, el sol al que hice mención al principio calentar los helados huesos…pararse unos segundos, llenar los pulmones de aire, librarlo despacio y contemplar el paisaje circundante. ¡Y qué decir de la compañía! Hombres mucho más mayores que yo, jardineros experimentados, a los que tenía que decir lo que hacer pero que en algunas ocasiones, sabiamente, me corregían mis errores de principiante. Charlábamos durante las paradas para comer y así los iba conociendo un poco. Hablábamos, no voy a engañar, principalmente de las bondades de las mujeres que veíamos caminar por decirlo de un modo suave, pero también conversábamos sobre el trabajo, temas jardineros y de una incipiente crisis económica que empezaba a inquietarnos a todos.

Aquella historia ocurrió hace varios años y la rotonda quedó ejecutada según las indicaciones del proyecto que yo mismo había redactado. No he dicho que quedó acabado porque hace un par de semanas, una fría y soleada mañana, volví a visitar aquella rotonda de Palma del Río y me pareció incompleta. Creo que es deformación profesional no conseguir dar por finalizado un proyecto. De nuevo allí, pasado el tiempo, ante ti se muestran detalles susceptibles de mejora o aspectos que en la actualidad haría de otra forma. Un jardín, en este caso el de una rotonda, es un lienzo que nunca termina, siempre falta un color que dar, una última pincelada que no termina de llegar. Porque un espacio verde posee una necesidad imperiosa de evolucionar y desarrollarse. Es un lugar vivo imbuido en una atracción constante por permanecer dinámico, donde se unen los propios cambios a los que obliga la naturaleza y los aspectos que aparecen cuando observas el jardín con ojos renovados. Un jardín nunca deja de ser una historia sin terminar, un espacio que se encuentra siempre por acabar.

La rotonda vista desde la acera ajardinada con Rosal florbunda 'sevillana' y washingtonias

Los cipreses también dan su fruto

Monumento que representa las palmeras y el río, símbolo de la localidad cordobesa

Los tres cipreses con las tres rocas de piedra traídas de Sierra Morena

Las "medialunas" de rosal menguando hacia la carretera

Washingtonia haciendo sombra al sol 


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Muchas gracias por perder unos minutos de tu tiempo leyendo este post.

6 comentarios:

  1. Me alegra ver, que de vez en cuando y en cierta manera, las instituciones locales se preocupan por el tema de la jardinería, dejado en manos de auténticos profesionales cuestiones sumamente importantes como es el diseño. Con un buen diseño no sólo se consigue una buena estética en el entorno, sino que también se evitaran un gran número de problemas en un futuro.
    Me gusta esa rotonda.

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    1. Muchas gracias Francisco por la parte que me toca. Es cierto que en construcciones de obra civil muchos proyectos de ajardinamiento están realizados por arquitectos o aparejadores sin ningún tipo conocimientos botánicos, por decir un ejemplo, me he encontrado algún proyecto de jardinería con algún disparate como incluirle partidas en el presupuesto a la "Vinca pervinca", una hierba rastrera que no crece más de 20 cms, tutores de 2,50 m de madera. En fín... también es verdad que muchos de estos proyectos lo realizan los técnicos municipales y sí se hacen correctamente. Un saludo y gracias por el comentario.

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  2. Hasta el dia de hoy la rotonda está con buen mantenimiento y en perfectas condiciones.
    Es la puerta de entrada a Palma del Río y el Ayuntamiento se esmera en que este siempre en perfectas condiciones.
    El monumento es una alegoría al río Guadalquivir y a las palmeras

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  3. Quedo muy bonita, hay muchas rotondas que dan pena, un proyecto muy interesante, felicidades

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  4. La verdad es que existen muchas rotondas sin ajardinar porque es una solución fácil para regular el tráfico pero no se tiene en cuenta el mantenimiento posterior. Luego, la desidia y el abandono por parte de las administraciones hacen el resto... Gracias por tu comentario Maria.

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