15 de marzo de 2018

Solo los malvaviscos

Hace unas semanas, antes de las lluvias torrenciales que nos asolan, durante un domingo de asueto que ya presagiaba la primavera, tuve la oportunidad de dar un enorme paseo por muchas de las zonas verdes con las que contamos en Sevilla. Entre los lugares en que me interesé, se encontraba el Jardín Americano que se construyó con motivo de la Exposición Universal de 1992. Un vergel que en sus inicios contaba con un total de 496 especies vegetales provenientes del Nuevo Mundo.

Malvavisco (Malvaviscus penduliflorus)
Malvavisco (Malvaviscus penduliflorus)

Estas plantas fueron distribuidas por la superficie del jardín. Las que ya se encontraban naturalizadas con el ambiente, se plantaron en zonas abiertas al exterior. Las plantas más delicadas con el fuerte calor del verano sevillano, principalmente plantas tropicales, se ubicaron bajo un enorme umbráculo formado por lomas de madera. El umbráculo posee una superficie de 1.700 m2 y cuenta con un pequeño estanque.

Una vez finalizada la Exposición Universal del 92, el jardín se cerró al público y a cualquier actividad de mantenimiento. De esta manera se propició que el jardín quedara a merced de las inclinaciones biológicas de las especies que constituían su exclusivo ecosistema. En poco tiempo, la superficie verde se degradó de tal manera que el acceso al interior se hizo imposible, las especies dominantes se impusieron y se perdió el 80% de la biodiversidad que atesoraba el Jardín Americano.

Hubo un espejismo de recuperación en 2010, año durante el cual una Fundación se hizo cargo de la recuperación de material vegetal que aún persistía, del mantenimiento e, incluso, de la divulgación del patrimonio verde del jardín. La intención solo duro un par de años, hasta que la Fundación se disolvió y el espacio verde quedó en las mismas condiciones de mantenimiento que el resto de parques públicos de Sevilla.

De mi última visita al Jardín Americano, bajo la estructura de madera del umbráculo que en su día se consideró innovadora, solo queda alguna exigua mata de Malvaviscos. La degradación, el abandono y el vandalismo han provocado la marginación de un jardín de único. 

Los malvaviscos (Malvaviscus penduliflorus) son fáciles de reconocer… o mejor, es fácil de confundirlos con los hibiscos por su similitud de flores. Forman una frondosa mata verde que puede alcanzar una considerable altura. Es cierto que las flores se parecen a las del hibisco, pero las del malvavisco tiene lo pétalos como pegados en forma tubular. Las flores son de un color rojo intenso y casi parece que brillan con luz propia. También son ornamentales en el jardín sus bayas de igual color rojizo.

Originario de amplias regiones que incluyen desde Florida y México hasta el Sur de Perú y Brasil, ha quedado como representante único de un Jardín Americano que en otra época fue ejemplo de jardín singular y carismático. El malvavisco se ha convertido en testigo mudo del deterioro sin retorno de un gran jardín.

Umbráculo del Jardín Americano
Umbráculo del Jardín Americano 
Estanque del Jardín Americano
Estanque del Jardín Americano 
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