La Torre Pelli ha
surgido desde sus cimientos envuelta en la polémica. No es para menos, osa
disputarle a las mismísima Giralda el título de edificio más alto de Sevilla
algo que, además de cambiar el panorama visual de la ciudad, puso en peligro su
consideración como Patrimonio de la
Humanidad por parte de la UNESCO. Al margen de la polémica, eclipsado por
el edificio con forma de pinta labios,
se ha creado un centro comercial que sirve de antesala al conjunto. En su techo
existe una cubierta vegetal que
recientemente se ha terminado y que os quiero dar a conocer en este post.
El proyecto del estudio
Pelli Clarke Pelli, del arquitecto
argentino César Pelli resultó
ganador de entre las cinco propuestas que comparecieron al concurso realizado
en noviembre de 2006. A los pies de la torre que lleva su nombre, César Pelli
ideó una construcción rota por una calle comercial protegida del sol gracias a
las formas ondulantes de las edificaciones que quedan a los lados.
Los promotores del
proyecto establecieron la premisa de realizar un edificio sostenible, de aquí parten las cubiertas vegetales de
la zona comercial, un espacio que es transitable por medio de senderos de
madera y que tiene como objetivo aislar de la temperatura exterior las plantas
inferiores del centro comercial. Según la firma de arquitectos “un espacio abierto a caminar y a la
contemplación”.
Desde que tuve
conocimiento de que se había dejado libre de vallas la zona de acceso de la Puerta Triana de la antigua Expo’92, quise conocer de primera mano
la cubierta vegetal que desde hace meses vislumbraba desde la otra orilla del
Guadalquivir. Precisamente la que da a otra cubierta vegetal, la de Lipasam. Y lo cierto es que me ha
sorprendido mucho. Es un ajardinamiento que se distancia mucho de lo típico que
encontramos por Sevilla y se acerca a un estilo de diseño de jardines más
propios de otros lugares, muy contemporáneo.
Recuerdo una ponencia
a la que asistí de José Elías, que
durante muchos años fue el Jefe del Servicio de Parques y Jardines del
Ayuntamiento de Sevilla, en la que comentó que hace tiempo surgió la idea de
que todas las zonas verdes de la ciudad debían ser homogéneas en cuanto a
especies y diseño. Entiendo esta postura e, incluso, la comparto. Es una
solución para poder atender las necesidades de conservación de los parques y
jardines de toda la ciudad, la cual crece, se van creando nuevos espacios
verdes, pero no se tienen en cuenta que las plantas, el elemento principal, son
seres vivos que evolucionan y se desarrollan. No se planifica que van a
necesitar una serie de cuidados posterior quedando muchos de estos nuevos
espacios mal cuidados o degradados. Pero tampoco considero que debamos caer en
el error de hacer una regla estricta donde nos haya cabida a otras soluciones paisajísticas,
otros estilos, espacios y plantas, que enriquezcan la ciudad.
Imagino que la
conservación de la cubierta vegetal de la Torre Pelli será mantenida por la
empresa privada que gestiona todo el inmueble aunque se encuentre abierta al
público, así que la podemos considerar fuera de los espacios públicos
conservados por el ayuntamiento. Escapa, por tanto, al concepto de
homogenización en la conservación de zona verde municipal. Además, su ubicación
en la Isla de la Cartuja, donde el trazado urbano es reciente, hace idóneo instalar
un espacio verde de estas características modernas en el lugar. Mi opinión
cambiaría radicalmente si el sitio elegido para su instalación fuera el centro histórico,
pues rompería con la estítica tradicional de la ciudad, la cual ya ha perdido
parte de su paisaje urbano tradicional desdibujando una visual, cada vez menos
nítida, de lo que en su día fue Sevilla.
Me ha sorprendido la
cubierta vegetal de la Torre Pelli por el enfrentamiento constante entre las líneas
onduladas de los edificios y las líneas rectas de plantación de las distintas
especies arbustivas y arbóreas. Metal y
cristal frente a gazanias, crisantemos, bignonias o jacarandas. Aluminio
color terracota frente al verde de una vegetación en crecimiento. Contrastes.
En las zonas de mayor pendiente se ha colocado en la superficie del suelo una
red con cuerda de fibra natural que sostiene el terreno mientras la plantación
arraiga y las propias raíces contribuyan a realizar esta función, evitando que
el agua de riego o lluvia provoque la escorrentía del suelo. Se puede acceder a
la zona más alta caminando desde la zona inferior por los senderos de madera o
acceder por alguna de las escaleras laterales construidas con traviesas de tren
ecológicas al inicio de la construcción. Madera, terracota y plantas que crean
una resonancia rústica en un conjunto que paradójicamente es moderno.
Yo ya he estado allí
y, aunque todavía no se encuentra abierto al público, todos estos detalles se
aprecian con claridad desde el exterior. He tomado algunas fotografías de la
cubierta vegetal que creo que pueden hacernos una idea de cómo se encuentra en
estos momentos. Espero volver una vez que pueda subir a la parte superior y que
el jardín esté más desarrollado para traer nuevas fotos donde se aprecie la
evolución de esta zona verde.
![]() |
Cubierta vegetal junto
a la Torre Pelli
|
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Escalera a la parte superior de la cubierta vegetal |
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Zona inferior de la cubierta vegetal con la zona superior y la Torre Pelli al fondo |
![]() |
Calle comercial. A ambos lados, los edificios que portan la cubierta vegetal |
El montaje del proyecto por parte del estudio de
arquitectura Pelli Clarke Pelli lo
podéis visualizar aquí.
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