A riesgo de que el título de este artículo pueda sonar un poco
irreverente, lo cierto es que existe un tipo de plantas que por sus características,
la capacidad que tienen medrar por el suelo, han venido a denominarse rastreras
aunque es indudable el valor añadido que aportan al jardín. Además, no solo se
arrastran, pues también pueden dejar colgando sus ramillas, hojas y flores si
encuentran el medio adecuado para hacerlo, creando un efecto cobertura que
genera frondosidad cerrando claros no verdes en el jardín.
Mesem en un techo verde
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Quiero incluir en este grupo al romero rastrero (Rosmarinus officinalis var. prostratus), una planta que “habitualmente” es un arbusto aromático, pero
tiene su familiar rastrero. Eso sí, botánicamente y paisajísticamente se comporta
exactamente igual que un Mesembryanthemum
o una Aptenia. El caso es que no deseo
dejar atrás a ninguna porque las he empleado en el diseño de jardines con
frecuencia e, incluso, he “jardineado”
con ellas en otras tantas ocasiones y “el
roce siempre hace el cariño”.
Todas ellas consisten en especies vegetales
tapizantes (o rastreras), que
poseen pequeñas hojas carnosas con la habilidad de acumular agua en su
interior. Gracias a ésta circunstancia, son plantas ideales para jardines de
clima seco, pues se adaptan muy bien a condiciones de falta de agua. Aptas para
xerojardinería. Son plantas que florecen copiosamente, desplegando una generosa
manta de diminutas flores con variados colores. No obstante, la floración tan
llamativa no suele durar mucho tiempo, al menos de manera tan copiosa, solo
durante un período máximo de un mes en primavera.
Al ser un grupo de plantas tan mediterráneas, requieren de una
exposición muy soleada para vivir, así como, desarrollar sus raíces en un
sustrato suelto y poroso para que puedan encontrar numerosas cavidades bajo
tierra donde fluya el aire. Otra virtud que poseen las plantas rastreras es su
facilidad para multiplicarse mediante esquejes. Son capaces de cubrir una
superficie en relativamente poco tiempo a partir de una sola mata. La época del
año ideal para la propagación mediante esquejes es el otoño.
No quiero dejar pasar por alto que las plantas rastreras son candidatas idóneas para nuevas tendencias de diseño de
jardines. Concretamente en jardines verticales y techos verdes. Mesem, aptenia o romero rastrero, tradicionalmente se han plantado en rocallas y otras
localizaciones del jardín donde para otras plantas sería imposible
desarrollarse. El poder crecer en cualquier recoveco, unido a las hojitas
carnosas donde acumulan agua, nos ofrece la oportunidad de emplear una serie de
plantas en unas condiciones de vida muy difíciles en jardines verticales y
techos verdes, pero que ellas solventan sin problema alguno.
Las plantas tapizantes cubren de verde rápidamente cualquier superficie,
ya sea en horizontal o en vertical. Pero además, se pueden plantar en macetas y
jardineras, donde son muy fáciles de cultivar y también pueden vivir estupendamente
bien creando un efecto “cascada” vegetal
que no pasará por alto en un jardín, balcón o terraza. Y es que ser rastrero en
el mundo vegetal, puede llegar a tener una enorme importancia para un espacio
verde.
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Aptenia
cordifolia
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Romero rastrero (Rosmarinus officinalis var. prostratus)
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Romero rastrero en macetas
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