21 de noviembre de 2019

¿Por qué los palmitos se comportan como plantas espontáneas?


Si nos fijamos en cada detalle, veremos multitud de procesos biológicos que se producen en espacios verdes. Algunos nos fascinaran, por otros en cambio mostraremos indiferencia y, por supuesto, habrá unos que no serán de nuestro agrado. Pero de todos ellos podremos sacar valiosas experiencias que nos ayudaran a conocer y mantener nuestro jardín en perfecto estado ornamental. Uno de esos procesos que no gustan es la aparición de especies vegetales espontáneas.
Palmito (Chamaerops humilis)

Palmito (Chamaerops humilis
Imagen de Stux en Pixabay

Las plantas espontáneas son aquellas que emergen sin previo aviso y sin haber sido invitadas en el jardín. Vamos, lo que en agricultura se llama mala hierba porque compite por los recursos de los cultivos disminuyendo el rendimiento económico. En jardines las espontáneas como mínimo producen un decaimiento del aspecto ornamental, pero pueden llegar a provocar daños mayores como la eliminación de las plantas que sí integran el espacio verde e, incluso, crear destrozos en pavimentos y mobiliario.
¿Cómo llegan las plantas espontáneas al jardín? Algunas lo hacen porque sus semillas son transportadas por el viento, por animales o porque quedan adheridas a las herramientas de jardinería y viajan de un jardín otro. También hay semillas que han desarrollado mecanismos de latencia y pueden esperar enterradas en el suelo durante años buscando el momento propicio y nuestro despiste para realizar acto de presencia. Y las que más terror provocan, aquellas que poseen una estructura bulbosa en las raíces que posee la capacidad de brotar nuevas plantas.
En muchas ocasiones identificamos una planta espontánea con las invasoras que provenientes de lugares del mundo con una climatología similar y que se adaptan a vivir en nuestros latitudes. Pero no todas las espontáneas necesariamente tienen que venir de fuera, porque siempre que una planta aparezca sin ser invitada y produzca un daño ornamental la podemos considerar un peligro potencial.
Esto ocurre con el palmito (Chamaerops humilis) que en unas ocasiones la usamos formado parte del jardín, pero en otras ocasiones tiene el comportamiento de una planta espontánea. C. humilis es una palmerita parecida a las washingtonias porque las palmas son también abiertas en abanico. No obstante, su procedencia es mucho más cercana que las grandes palmeras americanas. El origen del palmito se sitúa en toda la zona mediterránea. Es una planta autóctona, probablemente la única palmera autóctona de la Península Ibérica y eso hace que sea increíblemente resistente en un jardín mediterráneo.
El palmito tiene además la facultad de crecer en lugares inverosímiles, desde grietas en el acerado hasta algún tejado. Esta capacidad unida a su rusticidad autóctona hace que aparezca en espacios donde no es deseado. Su forma de propagación es a través de animales, principalmente aves.
El género deriva del griego “chamai” que significa enano y es que el palmito es una palmera que solo alcanza unos 3 o 4 metros de altura. Es frecuente que se ramifique desde la base y presente varios troncos. Los frutos y brotes tiernos son comestibles y se usaron con este fin en la antigüedad. La capacidad de desarrollarse en lugares escarpados ha provocado que en jardinería el palmito sea utilizado en rocallas. También, debido a su rusticidad y a que puede formar un follaje espeso, se ha utilizado tradicionalmente para formar setos.
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2 comentarios:

  1. El Palmito me encanta amigo José Luis, tengo dos ejemplares grandes que sobrepasan los tres metros acompañadas por otras a su alrededor algo más pequeñas y dos más que tendrán un metro y algo de altura. Lo que es increíble es su facilidad para reproducirse, cualquier fruto medio enterrado aparece una nueva palmera, es todo cuestión de paciencia y arrancar esa pequeña palmera que a veces cuesta hacerlo. Al comer su fruto los pájaros, los huesos aparecen en cualquier sitio. Pero como bien dices, es una palmera sumamente mediterránea y mi jardín al seguir una línea mediterránea me encantan los palmitos junto con las Phoenix dactyliferas.
    Un abrazo José Luis.

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    1. Es una planta que requiere que le dediquemos tiempo, pero luego también puede darte satisfacción verla en el jardín. Un saludo Juan.

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