Si encontramos en la Plaza
del Potro de Córdoba un patio que une al Museo
de Bellas Artes y al Museo Julio
Romero de Torres, ya sea por las colecciones de pinturas que albergan ambos
edificios, por los frescos de sus paredes, por la poda topiaria de sus naranjos
o por los dibujos formados por el típico empedrado, este tiene que ser sin duda
un patio con mucho arte.
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Patio del Museo de Bellas Artes y el Museo Julio Romero de Torres de Córdoba |
El edificio fue en su
día el Hospital de la Caridad construido durante el siglo XV y su patio, a
pesar del paso del tiempo, de los distintos cambios que haya podido producirle
su propia historia, conserva muchas características esenciales que lo unen a la
idea de patio andaluz. Un espacio de
dimisiones reducidas, de paredes altas que lo resguarda de las altas
temperaturas, del suave murmullo al brotar el agua en el surtidor de la fuente
central a la que se accede por varios caminos pavimentados de empedrado
cordobés los cuales, delimitan los parterres ajardinados por borduras de boj y
clivias que crecen a la sombra de naranjos podados a media copa… En definitiva,
un lugar ideado para producir el frescor necesario cuando en primavera empieza
a apretar el calor y esta situación se mantiene hasta el otoño.
Merece la pena
destacar en este artículo el empedrado
cordobés, no solo de este patio museo, sino como una técnica de
pavimentación del suelo, pues tiene mucho valor ornamental dentro de lo que a
jardinería y paisajismo se refiere.
Este empedrado
singular tiene su origen en la casa o domo
romana, donde los suelos eran recubiertos por mosaicos formando diversas
escenas, muchas de ellas relacionadas con la naturaleza. En la actualidad, tras
muchos siglos de perfeccionamiento y usos, consiste en colocar manualmente
piedras blancas y piedras oscuras depositándolas formando figuras de forma que
las uniones entre piedra y piedra sean poco visibles.
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Empedrado cordobés formando figuras de plantas |
Este es un trabajo
complicado, que requiere grandes dosis
artísticas y mucho esfuerzo para completarlo satisfactoriamente. No todo el
mundo sabe realizarlo correctamente y es bueno contar con profesionales con
experiencia para realizarlos. Profesionales y artistas, por esto último del
arte, es de lo más natural que lo encontremos en el pavimento del patio de un
museo.
Estas pasadas
navidades tuve añoranza de Córdoba así que me “alargué” hasta la ciudad califal
con la familia. No llevábamos ningún plan establecido, simplemente deambulamos
un rato por las calles, descansamos comiendo unas cuantas tapas en un
restaurante del barrio de la judería, volvimos a deambular… y poco más. Yo fui
un poco en plan abuelo cuenta cuentos
relatando que es esto o aquello, allí hice un trabajo, en tal sitio me paso una
historia etc., y así fue como acabamos en la Plaza del Potro. Allí aproveché
para entrar en el Patio del Museo de Bellas Artes y de Julio Romero de Torres y
hacer un pequeño video que me dije que me serviría para escribir un artículo en
el blog. Pues bien, ha llegado el momento de emplearlo. Espero que lo
disfrutéis.
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