Existen plantas que
tienen una misión muy concreta en un jardín. Una característica singular que le
confiere particularidad suficiente como para darle cierta función destacada
pero que, según mi criterio, hay que abusar solo lo justo para no crear una
relación con el ambiente recargada o distorsionada. Una de estas plantas que me
encanta es el Agracejo rojo, poniéndonos científicos Berberis thunberbii atropurpurea.
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Agracejo rojo (Berberis thunberbii atropurpurea) |
El nombre de las
plantas es una cuestión local muy particular. En mi caso a esta planta siempre
la he llamado berberis así que
seguiré dándole este nombre, lo cual no deja de ser un debate interesante el
tema del nombre local que le damos a las plantas pues en otras ocasiones me lo
habéis comentado.
¿Qué hace al berberis
singular para nuestro jardín? Ese efecto rojizo en sus hojas como producto de
las antocianinas, los pigmentos
encargados de proporcionarles color rojo, púrpura o azul. Este arbusto es algo
así como tener una pizca de otoño permanente en el jardín. Normal que su origen
sea japonés y se encuentre asociado en la memoria colectiva a los jardines del país
asiático.
Aquí en España su
cultivo resulta muy fácil por ser una planta que soporta bien las altas
temperaturas estivales. Una vez más, son sus hojas las encargadas de hacerla
una planta tan rústica, por lo reducido de su tamaño, por la capa cérea que las
recubre, que evita la salida de agua y por consiguiente su perdida.
En el jardín la
podemos utilizar para setos en pequeños grupos y en borduras, eso sí, recuerdo
que lo ideal es no utilizarla en exceso porque según mi experiencia, aunque da
esa nota de color, puede con el tiempo provocar sensación de monotonía visual y, aunque es cierto
que los gustos de una zona verde dependen del usuario, un jardín no debe dejar
de ser un lugar que busque una experiencia agradable.
También es un arbusto
que permite hacer podas con algo de topiaria por su follaje tupido, por lo que
es fácil encontrarlo formando setos con volúmenes geométricos. Una cualidad más
que podemos apuntarle a esta planta que aun siendo resistente y rústica no tiene
que estar encorsetada en un único estilo de jardín, sino que puede abarcar algo
más, no encontrarla solo en jardines de aspecto natural, y entrar a formar
parte de la composición de un jardín de estilo más clásico. La planta que
utilicemos no tiene por qué estar reñida con el estilo que queramos darle a
nuestro jardín.
Para finalizar no
puedo dejar de mencionar la variedad enana
(Berberis thunberbii atropurpurea nana)
tal vez más usada incluso que la variedad normal para zonas verdes, y otra
variedad muy utilizada para setos más altos, Berberis Ottawensis. Por supuesto, existe el agracejo común (Berberis thunberbii), que tal vez no
posea esas hojas de color rojo intenso permanentemente, pero que en cambio
tiene unas bayas de color anaranjado característico y unas inflorescencia
primaveral amarilla que pueden dar más color al jardín cuando llega la época de
fructificación y floración.
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