Una de las actividades
jardineras que más placer produce, y muchos profesionales estaréis de acuerdo
conmigo, es segar una pradera o podar un seto por la mañana temprano en verano.
Cuando llevas días y días bajo la presión de las altas temperaturas, en
momentos que empiezas a pensar que el calor no terminará nunca, se agradece
enormemente el frescor que desprende la hierba recién segada y los restos de
poda de ramitas verdes. Una experiencia que he podido disfrutar al podar setos
de troanilla durante el período estival.
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Troanilla en floración (Ligustrum ovalifolium)
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Uno de los setos más
frecuentes en las ciudades es la troanilla (Ligustrum
ovalifolium). Como su género indica es un arbusto que está emparentado con
el arbóreo aligustre, así que ambos son habituales de los entornos urbanos. Su
función es la delimitar parterres para los
jardincillos de barrio, los cuales son exiguos espacios con apenas
vegetación que se encuentran, unas veces, dentro de los edificios de vecinos y,
otras veces, en plena vía pública, aunque en ambos casos es la Comunidad de
vecinos quién en se encarga de sus cuidados, ya sea por iniciativa propia, porque
cuente con un empleado de mantenimiento o porque se contrate este servicio a
una empresa de jardinería. Los jardincillos de barrio apenas poseen vegetación,
en ocasiones con pradera o mulch de
grava decorativa o corteza de pino cubriendo el suelo, algún árbol pequeño como
un naranjo, o una agavácea del tipo yuca (normalmente la Yucca aloifolia), y algún arbusto de flor resistente como Rosa floribunda o Hibiscus rosa-sinesis.
El seto estrella que delimita este espacio de los
jardincillos de barrio es la troanilla, un arbusto de rápido crecimiento y que
resiste el frio, el calor y la proximidad al mar. Tal vez estas condiciones tan
al límite, provocan que en algunos ambientes se comporte como semiperennifolio,
perdiendo gran parte del follaje en invierno. No hay que confundir esta
característica con la ramificación de la parte aérea. La troanilla en un
arbusto muy vigoroso que resiste la poda de manera esplendida, pero cuando
alcanza un número elevado, empieza a ramificarse transformando en madera todo
lo verde. Aunque pueda parecer que la planta ha muerto, no es así, pues en
muchos casos se puede hacer una poda drástica, eliminando gran parte de la parte
aérea y permitiendo que vegete para que cree un nuevo follaje frondoso. Hay que
tener en cuenta que al tratarse de un seto, que debería estar recortado con una
forma geométrica, habrá que empezar a realizar una poda de formación para que
vuelva a tener el aspecto que presentó en su origen, por eso lo mejor es que
esta acción la lleve a cabo un jardinero experimentado.
Si a la troanilla la
dejáramos crecer libremente, sería capaz de alcanzar una altura de hasta metro
ochenta e, incluso, se dejarían ver sus pequeñas flores blancas agrupadas en
panículas tubulares. Para formar el seto, debemos realizar una plantación
lineal dejando una proporción de cuatro plantas por metro lineal, siendo la
mejor opción realizar una zanja para plantación de 0.4 x 0.4 metros lineales. A
mí el nombre troanilla me suena a
trueno, por eso aquello de que no truena.
Pero esto es una apreciación personal y seguro que su nombre vulgar tiene una
explicación mucho más racional que mi afición de asemejar las plantas a cosas
que no tienen nada que ver ¡Que le vamos a hacer! Siempre he sido víctima de mi
propia imaginación.
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Seto de troanilla
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